Para la última jornada el tiempo nos dejó ver los fiordos. Demos gracias porque por la tarde otra vez se puso a caer la del pulpo pero al menos nos pilló camino a Reykjavík.
La parte norte de los fiordos parece estar menos habitada aún. Te encuentras dos o tres pueblecitos pequeños que parecen dedicarse exclusivamente a la pesca. Tienen su encanto pero no me explico cómo la gente puede vivir ahí.
En cada pico del fiordo hay miradores desde donde se ve todo el entrante y enfrente la reserva de Hornastradi, la parte inhabitada de Islandia a la que solo se puede acceder en barco. Tiene que estar chulo un viaje de senderismo allí, en verano claro.
Lo mejor de los fiordos, ese día, fue encontrarnos una colonia de focas en Hvitanes. Mirad como son los Islandeses que al lado de la carretera había una mesa con dos prismáticos para usarlos, dejados ahí a la fe de la buena gente y con una hucha para la voluntad y tarritos de mermelada para comprar por 6€.
Las focas eran lo mejor. Unas estaban tumbadas en una piedra mientras que otras jugaban en el agua y las más curiosas se acercaban a vernos. Momentazo. Para verlas aseguraros de que haya marea baja porque si no es difícil que se puedan ver.
Caminito a Reykjavik pasamos por el cráter Grabrok, bastante cutre la verdad, y con lluvia constante llegamos hasta la ciudad atravesando un túnel de 6 km que va por debajo del agua.
Ya en Reykjavik tocaba echarse las cervezas "fin de viaje" y encontramos el bar perfecto. Lebowsky Bar. Totalmente ambientado en la película y con happy hour hasta las 19.
La cerveza fuera de la happy hour salía a 6€ la pinta. Vivir el ambiente nocturno de Islandia tiene su encanto y pasamos un muy buen momento en un bar genial.
Autor: Daniel Daniel Aniorte Martinez
Editor: Pedro, Islandia-Tours.blogspot.com
© 2014 por Islandia-Tours.blogspot.com, Octubre del 2014
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Diario de Viaje en Islandia - Día 10 - Fiordos del Oeste, Hvitanes y cerveceo nocturno en Reykjavík